Por Karina Pérez
- Vos sabés que sólo estaré dos semanas, la pregunta es ¿todo o nada?
- Ok, ¡todo!
Fue el preludio de un beso, no de un romance. Faltó bastante para eso, pero ¡así es Playa! Lo tomas o lo dejas. ¿Y de cuántas historias así es testigo la Quinta Avenida?, no sé. Al menos de ésta lo fue: al inicio, la incredulidad e inseguridad del cordobés porque cómo una mexicana se fijó en él si en Argentina su experiencia con las chicas no era destacable. ¡¿Por qué el chico ermitaño, introvertido y regordete fue la elección de una desconocida?!
Porque le gustó, porque eliges con quien liarte y de quién no enamorarte aún más si sabes que alguien está de vacaciones por el Caribe mexicano, con amigos, y sorprendido de lo que en su tierra no hay.
- ¿Por qué yo?
- ¿Tú qué?
- Sí, es que habiendo tantos tipos me elegís a mí.
Esas cosas se sienten, viven y disfrutan. Explicárselo a alguien más joven es complejo, carajo. De acuerdo, no viajas 10 horas con la idea de que conocerás a una mujer mayor a la que le dio por vivir eventualmente cerca del mar, cambiar la vida oficinil por los vestidos de Marimar, olvidar la plancha para pelo y dejar a su familia.
Tampoco sabes si volverás a verla aunque le digas que te visite porque seguro le tendrás el mejor asado de su vida, obvio en Argentina.
- ¡Ya, disfruta! Estás aquí, Isla Mujeres te va a encantar muchísimo más que ver tortugas en Akumal. Es una lástima que no hayas amanecido en Tulum, ahí sí los amaneceres son mejores, nunca he visto las ruinas desde el mar.
Después sólo te despides, nunca sobrará ni faltará un ‘gracias’. Es inevitable la mirada al estilo ‘no te vayas’ o ‘pues se acabó’… esto es Playa.
@Play_A_Way
@karinaampudia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario